DAME TU OSCURA HOSTIA

No te apiades de mí, luz cenicienta.
Dame tu oscura hostia, tu último pan…
Un sueño sin retorno y sin recuerdo.
Déjame hundirme en ese pozo negro,
más abajo del limo y de la larva…
Donde la vida es un fantasma verde
que nadie vio jamás.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *