Notice: Function _load_textdomain_just_in_time was called incorrectly. Translation loading for the wordpress-seo domain was triggered too early. This is usually an indicator for some code in the plugin or theme running too early. Translations should be loaded at the init action or later. Please see Debugging in WordPress for more information. (This message was added in version 6.7.0.) in /home/poema/public_html/wp-includes/functions.php on line 6114

Notice: La función _load_textdomain_just_in_time ha sido llamada de forma incorrecta. La carga de la traducción para el dominio inspiro se activó demasiado pronto. Esto suele ser un indicador de que algún código del plugin o tema se ejecuta demasiado pronto. Las traducciones deberían cargarse en la acción init o más tarde. Por favor, ve depuración en WordPress para más información. (Este mensaje fue añadido en la versión 6.7.0). in /home/poema/public_html/wp-includes/functions.php on line 6114
Para qué - María Cruz

Para qué

                                            ¿Para qué?

El intenso azul del cielo, cual turquesa en agonía,
palidece lentamente, y el occiduo sol estía
de oro y cobre las hirsutas cabelleras del cocal.
Con destellos sonrosados reverbera la montaña,
en fulgor incandescente el distante mar se baña,
y se tiñe el horizonte de carmín y de coral.

En el gris del éter claro, reflejando en su alba frente
los postreros resplandores que despide el Occidente,
la redonda luna sube entre copos de algodón.
Impalpables muselinas del crepúsculo violeta
flotan suaves, embrumando el color y la silueta,
sobre el llano y el camino, la arboleda y el peñón.

Silba el grillo, la cigarra le contesta, el gallo canta,
a intervalos ladra el perro, y la brisa se levanta
murmurando entre la hierba, sollozando en el cañar.
Se satura el fresco ambiente de caricias perfumadas,
estridula el arroyuelo de minúsculas cascadas,
y de blancos aleteos se circunda el palomar.

Y la noche abre sus alas diamantinas en el cielo….
Blandas quejas de las auras, cuchicheos del riachuelo,
voz del grillo, gorgoritos de cristal del surtidor,
mil acentos y mil ecos, ya lejanos, ya vecinos,
prolongados breves, sordos, estridentes, argentinos,
se confunden en un sólo gran susurro arrullador.

¡Oh! de todo y todos lejos, bajo estrellas titilantes,
inconsciente contemplando las luciérnagas errantes,
extinguirme dulcemente sin pensar en que viví!
Convertirme en leve sombra que a la sombra se mezclara,
deshacerme en un suspiro que la brisa me llevara,
y en la inmensa noche quieta sepultar mi frenesí!

Mas ¿a qué implorar refugio del recóndito aislamiento,
si doquiera que se esconda mi rebelde pensamiento,
mis anhelos, insaciados enemigos, siempre van?
En la calma de las cosas ¿para qué buscar mi calma,
cuando ruge la tormenta en el fondo de mi alma,
y es en mí donde rebrama desatado el huracán?

Y en la paz adormecida de la noche rumorosa
en la voz de mi tristeza más profunda y dolorosa,
más amargo el sentimiento de la dicha que no fué;
y a la luz de las estrellas, faz a faz con lo infinito,
mi sendero me parece más difícil,
y repito con mayor desesperanza el estéril, ¿para qué?

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