Reflexiones en la hora de las flexiones

Ayer cuando hacía el amor entusiasmado
comprendí de pronto toda la verdad
de tanto esfuerzo húmedo y pujanza.
Señores, se nos pasa la vida
tan sudando
queriendo regresar los pasos siempre
extraviar el espejo que nos mira
recobrar el estado cálido inicial
grandulones, peludos, encorvados
pretendiendo ilusos
el estrecho refugio que una vez perdimos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *