En el 62 las aves marinas hambrientas llegaron hasta el centro de Lima

Toda la noche han viajado los pájaros desde la costa ?he aquí
la migración de primavera:
las tribus y sus carros de combate sobre el pasto, los templos,
los techos de los autos.
Nadie los vio llegar a las murallas, nadie a las puertas
?ciudadanos de sueño más pesado que jóvenes esposos?
y ninguno asomó a la ventana, y aquellos que asomaron
sólo vieron un cielo azul-marino sin grieta o hendidura entre su
lomo
?antes fue que el lechero o el borracho final? y sin embargo
el aire era una torre de picos y pellejos enredados,
como cuando dormí cerca del mar en la Semana Santa
y el aire entre mi lecho y esas aguas fue un viejo gallinazo de
las rocas holgándose en algún patillo muerto
?y las gaviotas-hembra mordisqueando a las gaviotas-macho y
un cormorán peludo rompiéndose en los muros de la casa.

Toda la noche viajaron desde el Sur.
Puedo ver a mi esposa con el rostro muy limpio y ordenado
mientras sueña
con manadas de morsas picoteadas y abiertas en sus flancos por
los pájaros.

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