La pescadora

No quiero la pipa curva,
ni tu pañuelo bordado,
ni las rosas ?los domingos-
ni el cestillo con pescado.

Y, marcharé de este puerto
hacia otro puerto distante
para que decir no puedas:
-¡La pescadora es mi amante!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *