Paradoxa Prima

Vivir es adaptar nuestros antojos
al ritmo del temor a la ventaja,
y vive aquel que marcha tras la paja
que pesa como viga en sus dos ojos.

Mas saber de ignorancias y de abrojos
en nuestra candidez no hace rebaja:
Corremos de ambición por la migaja
¡sin hambre de verdad y siendo cojos!

Es acto de buen juicio recordar
que el hombre, en su brillante trajinar,
no marcha si no marcha ingenuamente.

Y es una paradoja el aceptar
que en la comba vulgar de cada frente
existe una verdad impertinente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *