Poema de la sangre

Aquel que yo parí
remonta mi sangre a todas las generaciones
hasta Adán.

Trae la voz encontrada de la raíz 

en que germiné

y quizás perpetúe mi estirpe
hasta cuando el mundo termine.

El que parí
es resultado de violencias inexplicables.

Está tatuado
para siempre tatuado
de las llamas que me han florecido.

Tiene designios en el caos
o turbulencias sin nombre
heredadas del día en que conocí la luz,
del instante en que me mostró la faz de Dios
o del enigma en donde las tinieblas
han incinerado la razón.

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