Una sirena eterna (V)

Los ojos de la presa están sellados por una tela de almidón, de su nariz el agua surge, los estornudos se han hecho tan frecuentes, que el hombre ha cambiado la flecha por el pañuelo azul que pasa por sus labios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *