Mientras anochecía, los cristales
estaban empañados.
Se levantó y miró por la ventana,
la frente en el cristal.
Sus nalgas de muchacho
y su espalda aún brillaban en la sombra
mucho, mucho después.
Dónde estamos, qué ha sido
de los dos, de nosotros.
Mientras anochecía, los cristales
estaban empañados.
Se levantó y miró por la ventana,
la frente en el cristal.
Sus nalgas de muchacho
y su espalda aún brillaban en la sombra
mucho, mucho después.
Dónde estamos, qué ha sido
de los dos, de nosotros.