AL MARQUÉS DE VELADA, HERIDO DE UN TORO

Con razón, gloria excelsa de Velada.
Te admira Europa, y tanto, que celoso
Su robardor mentido pisa el coso,
Piel este día, forma no alterada.

Buscó tu fresno, y extinguió tu espada
En su sangre su espíritu fogoso:
Si de tus venas ya lo generoso
Poca arena dejó calificada.

Lloró su muerte el Sol, y del segundo
Lunado signo su esplendor vistiendo,
A la satisfacción se disponía;

Cuando el monarca deste y de aquel mundo
Dejar te mandó el circo, previniendo
No acabes dos planetas en un día.

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