SER CONTIGO, SEÑOR

He querido querer, Señor, y no he podido,
tal vez habré pecado por débil o indecisa,
mas lo que sé de cierto es el deber cumplido
y que a tu Ley por siempre me mantuve sumisa.

He querido morir, Señor, pero he vivido;
harto pausadamente sin darme a loca prisa,
pensando en los que estaban y en los que habían partido,
como alguien que ?de todos los que quiere? precisa.

Desde hoy en adelante, estar Contigo quiero;
amando u olvidada, viviendo o en la muerte,
es mi única añoranza lo que a todo prefiero:

ser Contigo, Señor, y conservarme fuerte,
para que en el instante de mi postrer segundo
me lleves amoroso al verdadero mundo.

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