Venecia, 1983

Aquí estoy, ya dispuesta al sacrificio.
Al preludio se abrieron los salones,
bandos de aves volaron y pasaron,
Los reflejos verdosos de la laguna en los tapices
y el ruido de la seda color antiguo,
los retratos helados, las paredes salobres,
la luz azul de un diamante.
El vacío del pasado.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *