Por La Noche

a Roberto Armijo

El poeta en la noche eternamente extranjera
irrumpe con su lámpara de serena amargura

Sonríe a los mendigos
Sonríe a los murciélagos
Sonríe al millonario que casi lo atropella

Su lámpara se aviva
pero nadie la escucha

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *