Arte mayor (III)

Tu lengua llega a casa
los manzanos despiertan.
Despacio te deslizas
por hondos laberintos.

Con el filo del ojo
me partes en un parto
de remolino y savia.
Lechada está la ropa
que le hurtamos al cuerpo.

Sobre tus piernas duerme
espiga triste
el único testigo.
Después de la labranza
tu semilla se seca
entre mis zarzas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *