Tan solamente

Yo rivalizo conmigo:
No estoy a la altura de mi condición.
Me topo con sorpresa contra mi propio yo.
Me sucede que no canto como quisiera.

Balbuceo y escucho una lejanía.
Tímidamente me alzo en lluvia.
Escojo, por no dejar, un nombre para darme.
Y no me siento interpretada.

Tan torpe como soy. Tan solamente.
Tan única y tan ella y tan dolida.
Y la gran carcajada que me gasto.
Y las ganas de ser y de quebrarme.

Rivalizo conmigo y esta pugna
vagamente grosera me invalida
las mejores gestiones amatorias.
Y mi propio amor, mi boca para el beso
mi discutible condición angélica
se me van convirtiendo en impostura.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *